martes, 31 de agosto de 2010

Insomnio...

Según la Real Academia de la Lengua Española el insomnio se define así: Vigilia, falta de sueño a la hora de dormir.... la realidad es ligeramente diferente, imposible de definir en una frase, imposible de describir incluso con los adjetivos más pomposos...la realidad se define así:

23:30... Me voy a la cama, que mañana me levanto a las siete y media.
23:45... Ya estoy en la cama, ¡¿a ver?! vale y cuarenta y cinco.
00:18... Llevas sólo media hora, ¡va! deja de moverte y no abras los ojos.
00:22... ¡Mierda me he movido! ay dios, que ahora he abierto los ojos, a ver que hora es, ¡uff! ya sólo voy a dormir siete horas.
00:56... Si es que, no tengo sueño, voy a leer un rato, así se me cerrarán los ojos ¡seguro!
1:27... Y media y estoy como si me acabara de levantar, tengo sed.
1:48... ¡Ya no te estás enterando ni de lo que lees! Voy a ver que echan por la tele.
2:32... ¡Me aburrrrooooo! ¿me pongo un rato a escribir? no no, que va, si apenas puedo abrir los ojos, mejor me quedo viendo esto a ver como acaba...
3:03... Mira, ¡capicua! ¿ya son las tres? ostras, ¡que me levanto a las siete y media! me voy a la cama ya... bueno, antes hago una expedición por la nevera...no hay nada, ¡tch!
3:08... Venga ahora hay que dormir de verdad.
3:16... ¡Tch! tengo sed.
3:29... Mmmm sigue sin haber nada en la nevera, ¡no no, a la cama!
3:50... Oh menos diez...¡no puedo dormir! a lo mejor, si me canso mucho, dormiré como un bebecito.
3:52... ¡Pues ale! unas cuantas abdominales y un par de estiramientos y listo, a dormir, ¡que ya solo quedan tres horas y media!
4:10... Será suficiente, ahora directamente a la cama y ¡a dormir!
4:23... No me duermooooo.
4:53... Menos diez, y ¡nada! voy a leer otra vez.
5:35... Quedan dos horas, ¿me dará tiempo a descansar algo?
5:38... La nevera sigue vacía...
5:42... Ahora en serio, no te muevas, no abras los ojos y verás como te duermes.
6:01... ¿Alguien ha encendido la luz? ¡no abras los ojos, no los abras! mierda, está clareando el día y yo sin haber dormido, ¡cierra los ojos otra vez y no los abras aunque se mueva la tierra!
6:16... Creo que los he abierto, ¡pero ha sido sin querer! ayy tengo sed.
6:25... Queda una hora para que suene el despertador, que más dará, ya me da igual todo...
6:36... La cosa es que ahora es cuando se me están cerrando los ojos y es que ya...no puedo más...
7:30...RIIING RIIING....

domingo, 29 de agosto de 2010

Un guioncito: Eco...

El escenario es una isla paradisíaca, aguas claras, turquesas, con un sol radiante y un horizonte perfectamente delineado, el mar choca fuertemente contra las rocas y sólo se escucha alguna gaviota perdida de vez en cuando. En la orilla hay una pareja joven discutiendo a voces.

Mariano: ¡Ya está bien!, ¡me tienes harto!, ¡no podemos estar ni cinco minutos sin discutir!
Amalia: Jajaja, pues que sepas, cari, que ¡dos no discuten si uno no quiere! Y tú… ¿Qué? ¡No paras de decirme lo que tengo que hacer y cómo me tengo que comportar!, ¿crees que me hace gracia que intentes reeducarme?
Mariano: eso es un golpe bajo Amalia, siempre que te digo algo lo hago por tu bien, para que aprendas los modales que sé que te faltan (riendo).
Amalia: ¿ves? No vas a cambiar jamás, ¿verdad? (echándose a llorar). Esto no era lo que tenía pensado para nosotros, así no avanzamos, y encima estamos en esta… en este…aquí, ¡solos!, ¡ni un alma!, ¡ni una persona! Nadie sabe donde estamos, ¿Qué va a pasar? (observando a Mariano con asombro) ¿¡Qué haces?!
Mariano: (asustado, mirando a su alrededor y andando con sigilo) ¡shhhhh! (susurrando) ¡Cállate!
Amalia: pero, ¿qué pasa?, ¿has visto algo?, ¿un animal?
Mariano: (lívido) he…he oi…he oído un niño reir…
Amalia: pero, ¡¿Qué dices?! Llevamos en esta playa tres días la hemos recorrido entera y aquí no hay nadie, creo que el bote salvavidas nos ha traído aquí sólo a nosotros, y te recuerdo que en el crucero ¡no había niños!
Mariano: ¡escucha! (poniéndose la mano en el oído y sonriendo) ¿lo oyes?, ¡hay gente Ami!, ¡estamos salvados! ¡Corre vamos!
Amalia: yo no he oído nada, sólo el mar, que por cierto me encanta, ¡pero ya no soporto esa cadencia!
Mariano: (cogiendo del brazo a Amalia y corriendo hacia el interior de la isla) Si hay niños, estarán con sus padres, se va a arreglar todo Ami, te prometo portarme mejor si salimos de esta, ¡te lo juro!
Ahora están en el interior de la isla, la vegetación es densa y la fauna hace acto de presencia.
Amalia: (al cabo de un rato andando, cansada) esto nos pasa por haberle hecho caso a tu hermano, ¡si llevabais un año sin hablaros!, ¿para qué te llamaría?
Mariano: pues supongo que querría recuperar a su hermanito pequeño, o… ¡yo que sé!(parando en seco) ¡eh los niños! Ahora se les oye más cerca, ¡ya estamos llegando!
Amalia: cariño de veras, no me asustes, ¡yo no oigo nada!
Mariano: pero ¿Cómo que no? Si es una risa fortísima y ahora que lo oigo más nítidamente, hay más de uno y no solo se ríen, sino que también hablan (ahora es cuando se empiezan a escuchar levemente los susurros de otras personas).
Amalia: Si tú estás seguro, vamos a ver de dónde proceden esas voces…(resignada le coge la mano y corren más aun hacia el foco de los sonidos)
Mariano: ¡Amalia mira, pero si es una nena! (agachándose a acariciar una niña) ¡hola!, ¿hablas mi idioma?
Niña: hola, ¿tú eres él?
Mariano: ¿Cómo? ¿Quién?
Amalia: (sollozando) Ma…Mar…Mariano, ¡ahí no hay nadie!, ¿a qué estás jugando?, ¿¡crees que me hace gracia!?
Mariano: (perplejo por la pregunta de la niña y los sollozos de Amalia) ¡ pero bueno!, ¿acaso me has tomado por un loco que oye, ve y habla con fantasmas?
Amalia: (continúa llorando) si alguna vez he sido algo en tu vida créeme, ahí no había nadie, le estabas hablando a la hierba.
Mariano: (tajante) no. Era una nena pequeña que me ha preguntado si yo era él.
Niña: (apareciendo de entre los arbustos y dirigiéndose a Mariano) ven, sígueme.
Amalia: Si eras él... ¡claro, lo normal! (en tono irónico, después se ve interrumpida porque Mariano comienza a andar y le sigue en silencio).
Tras atravesar la espesura del bosque llegan a una explanada muy grande donde (la niña vuelve a desaparecer) Mariano y Amalia quedan en su centro.
Mariano: ¿Dónde está la niña? (dando vueltas para localizarla con la vista).
Amalia: ¡que ya te he dicho que no había ninguna niña!
Mariano: (estupefacto por la visión que se le presenta, miles de personas saliendo de entre los árboles, y entre ellos Hugo…) ¡¡¿¿Hugo??!! ¿Qué haces aquí?
Amalia: (mirando a Mariano) ¿¡Hugo!?, ¿ahora estás viendo a tu hermano?
Hugo: Mariano, lo siento…
Mariano: ¿Qué ha pasado este tiempo?, ¿por qué no me hacías caso? ¡¿Por qué?!
Amalia: ¡Mariano!, ¡Mariano!, ¡Mariano!
Mariano: (despertándose) ¡¡qué!!
Amalia: ¡buenos días cariño! ¿Qué tal has dormido?, ¿qué pasa?
Mariano:(sorprendido) ¿dormido? ¿Cuánto llevo dormido?
Amalia: pues lo mismo que yo, unas siete horas, ¿a qué viene esto?, ¿has tenido alguna pesadilla?
Mariano:(entre bostezos) pues…no te lo vas a creer, pero ¡he soñado con Hugo!
Amalia:(riendo) ¡qué me dices! Si lleva un año “desaparecido en combate”.
Mariano: Era tan real Ami, era todo tan real… (le cuenta el sueño).
Amalia:(burlándose) ya sé porqué no veía yo a esa gente ni a tu hermano, y es que resulta que estábamos en planos sensoriales diferentes y mientras mi alma estaba por la labor de salir de la playa aquella, la tuya estaba por la de reencontrarte con tu hermano, ¡qué tierno!
Mariano: ¡no te burles, anda! Sabes perfectamente que creo en el alma, y que durante el sueño sale del cuerpo y viaja allí donde el cuerpo no puede llegar.
Amalia: Sí, sí, lo que tú digas, pero vas a llegar tarde a trabajar (se levanta a coger el teléfono que suena).
Amalia:( al teléfono) ¿sí? (deja caer el teléfono al sofá, Mariano se acerca y Amalia le señala el aparato).
Mariano: (respondiendo a la llamada) ¡quién es! (estupefacto por la voz del otro lado del hilo telefónico)…Hugo….
FIN...O NO

viernes, 27 de agosto de 2010

¿...De vuelta...?

¡Aaaayyyyy madre! Si ya lo sabía yo, que mi constancia roza el cero; que mi capacidad para terminar cosas que empiezo es cercana a la nulidad... y un largo etcétera con el que no me gustaría aburrir (me).
Pero la cuestión principal es que estoy aquí, ¡¡que he vuelto!! que ahora mi computadora y yo estamos aquí solas, navegando en el inicio de la noche codo con codo, que yo le cuento cosas y que ella como buena compañera no me reclama nada... solo me escucha, me deja hablar y explayarme, vaciar mi alma de inquietudes y volcarlas sobre unas palabras, sí, definitivamente (aparte de ser esto muyyy cursi) me quedo.

Y ya que estoy aquí, qué mejor que decir algo en vez de seguir divangando un buen rato más (estoy haciendo tiempo a ver si se me ocurre algo bueno que contar....).

El final del verano... ya empieza a refrescar por las noches; el ambiente sigue cargado de olores evocadores (jazmín, azahar...) y es época de recordar qué has hecho durante el periodo vacacional...con quién has topado, qué has conocido, cuánto has aprendido y sobre todo cuánta cuenta te has dado de que no sabes nada.

Sí, es curioso, cuando estás en un lugar con historia, en un montoncito de piedras que en tu cabeza adquieren sentido, ese silencio, esa paz que se respira cuando miras a tu alrededor y visualizas imágenes que pudieron haber existido en un tiempo remoto, esa sensación de pequeñez extrema al pensar que sobre tus pies y mucho antes que tú se posaron miles de personas de otras civilizaciones, de otros tiempos (ellos desde luego no estarían pensando en ti...), te hace sonreir, a secas, sonreir... por darte cuenta como si acabaras de hacer el mayor descubrimiento del mundo, de que tú solo formas parte de algo muy largo, que con tu presencia allí estás también (en cierto modo...) escribiendo su historia, es esa sonrisa de satisfacción que en un breve instante te llena de la más absoluta felicidad, para desaparecer al segundo...pero para querer otra y otra y otra.... es esa felicidad momentánea la que hace que valga la pena recorrer el mundo entero para ver algo concreto, y es esa sensación la que te impulsará a querer ver más, a querer saber más, a ir a más lugares, a descubrir cada vez sitios más escondidos, menos frecuentados, a disfrutar como un niño.....

Y ahora... vuelta a la vida normal, a la rutina (esa cosita que tiene tanta mala fama y sin la cual nuestra vida sería un desastre)... pero bueno, siempre nos quedará el recuerdo de lo vivido, y la certeza de volver a hacerlo!

Un fuerte beso de vuelta, un abrazito pequeño y ¡¡¡hasta prontito!!!