¡Aaaayyyyy madre! Si ya lo sabía yo, que mi constancia roza el cero; que mi capacidad para terminar cosas que empiezo es cercana a la nulidad... y un largo etcétera con el que no me gustaría aburrir (me).
Pero la cuestión principal es que estoy aquí, ¡¡que he vuelto!! que ahora mi computadora y yo estamos aquí solas, navegando en el inicio de la noche codo con codo, que yo le cuento cosas y que ella como buena compañera no me reclama nada... solo me escucha, me deja hablar y explayarme, vaciar mi alma de inquietudes y volcarlas sobre unas palabras, sí, definitivamente (aparte de ser esto muyyy cursi) me quedo.
Y ya que estoy aquí, qué mejor que decir algo en vez de seguir divangando un buen rato más (estoy haciendo tiempo a ver si se me ocurre algo bueno que contar....).
El final del verano... ya empieza a refrescar por las noches; el ambiente sigue cargado de olores evocadores (jazmín, azahar...) y es época de recordar qué has hecho durante el periodo vacacional...con quién has topado, qué has conocido, cuánto has aprendido y sobre todo cuánta cuenta te has dado de que no sabes nada.
Sí, es curioso, cuando estás en un lugar con historia, en un montoncito de piedras que en tu cabeza adquieren sentido, ese silencio, esa paz que se respira cuando miras a tu alrededor y visualizas imágenes que pudieron haber existido en un tiempo remoto, esa sensación de pequeñez extrema al pensar que sobre tus pies y mucho antes que tú se posaron miles de personas de otras civilizaciones, de otros tiempos (ellos desde luego no estarían pensando en ti...), te hace sonreir, a secas, sonreir... por darte cuenta como si acabaras de hacer el mayor descubrimiento del mundo, de que tú solo formas parte de algo muy largo, que con tu presencia allí estás también (en cierto modo...) escribiendo su historia, es esa sonrisa de satisfacción que en un breve instante te llena de la más absoluta felicidad, para desaparecer al segundo...pero para querer otra y otra y otra.... es esa felicidad momentánea la que hace que valga la pena recorrer el mundo entero para ver algo concreto, y es esa sensación la que te impulsará a querer ver más, a querer saber más, a ir a más lugares, a descubrir cada vez sitios más escondidos, menos frecuentados, a disfrutar como un niño.....
Y ahora... vuelta a la vida normal, a la rutina (esa cosita que tiene tanta mala fama y sin la cual nuestra vida sería un desastre)... pero bueno, siempre nos quedará el recuerdo de lo vivido, y la certeza de volver a hacerlo!
Un fuerte beso de vuelta, un abrazito pequeño y ¡¡¡hasta prontito!!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario